Tres reuniones que no vas a querer perderte.

¿Os suena esta escena?

Venga, va… ahora que estamos aquí, qué tenéis pendiente… Y unos que no están acostumbrados a que le pregunten dirán que nada, otros que ven cualquier oportunidad para cazarlas al vuelo, convertirá en problemas de vida o muerte todas las tontunas de su día a día. Y así, lo que era una buena oportunidad de aclarar ciertos temas entre todos juntos, se habrá convertido en un gallinero tipo Salvame Deluxe y en una de las mayores pérdidas de tiempo que nos puede suceder en nuestro entorno laboral.

Sí, seguimos con el tema de las reuniones que empezamos el viernes y es que uno de los mayores problemas relacionados con las reuniones es la falta de estructura; una tendencia generalizada en cualquier tipo de compañía por la que se incorporan todas las cuestiones pendientes de debate en una misma cita.

Paliar este desastre es posible; es cuestión de celebrar reuniones distintas de acuerdo con las finalidades:

Diaria.

Es un repaso. Cinco o diez minutos a primera hora de la mañana son suficientes para chequear las tareas que hay que realizar durante esa jornada. El objetivo es establecer prioridades y que cada profesional tenga clara su misión, sin que haya intromisiones ni solapamientos. Este tipo de reunión es efectiva si nadie divaga y, sobre todo, cuando se convierte en una rutina.

Semanal.

Todo equipo necesita celebrar con cierta regularidad una reunión en la que se aborden cuestiones de interés inmediato. Debe comenzar con una ronda en la que cada interlocutor exponga de forma concisa dos o tres problemas urgentes. Después llega el momento de aportar datos y cifras que justifiquen el problema, pero aquí también hay que describir las medidas adoptadas y los avances alcanzados.Por último, se diseña un plan de trabajo para cada tarea.

Mensual.

En esta reunión se analizan, debaten y deciden cuestiones trascendentales que repercuten de manera directa en el negocio. No debe durar más de dos horas. Aquí la preparación previa es inexcusable, así como la actitud: hay que ir con ganas de escuchar, de aprender y sin miedo a discutir. Eso sí, siempre orientados a encontrar la mejor solución.

Fuente: Consigue que una reunión sea el mejor momento del día,Emprendedores&Empleo, expansion.com