
Son de esas cosas que tienen las redes sociales, que conoces gente y gente te conoce a ti.
Que uno habla de coaching, pues terminan asociándote a esas cosas, que uno ve una canasta de baloncesto, lo asocia a lo anterior y te manda una foto.
Así surgió la historia de este post, pero no la escribo yo, la escribe un buen amigo al que dentro de poco, si Dios quiere, por fin podré tocar en carne y hueso, jajaja…
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Eran los finales de los 90, y por aquella época, todavía quedábamos en una céntrica esquina de Cáceres, todos los viernes, para ir a tomar unas copas.
Cada cual en su ámbito, todos habíamos comenzado a hacer nuestros primeros “pinitos” profesionales. En la abogacía, la informática, la construcción, la traducción, la medicina, la estadística, las telecomunicaciones, un servidor en la enfermería y Paco, mi querido Paco, en el mundo de la empresa.
En la esquina de “Galet”, sentados en el poyete del escaparate, esperábamos sin prisa a que fuera llegando, poco a poco, cada uno. El último siempre, por distancia kilométrica, era él. Venía desde Madrid. No había un fin de semana que faltara a la cita en su tierra. Salía de trabajar y hacía volar ese “206” blanco como si fuera el Concorde…
Y nosotros lo esperábamos, como no, ávidos de sus anécdotas.
Paco estudió la Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas en la Autónoma. Como la mayoría, empezó su andadura profesional con el «prácticum» de la carrera. Tras su paso como becario, llegó un largo periplo como ejecutivo de múltiples empresas privadas. Y con él, nosotros, porque cada fin de semana, nos contaba el devenir de las mismas y los entresijos de su trabajo. Y así fue como poco, a poco, fuimos aprendiendo algo más de aquello, que no era “lo nuestro”.
Durante una temporada, trabajó en una gran empresa de papelería, imprenta y retractilado (si, gracias a Paco, hoy en día se lo que es el retractilado). Su jefe, había sido jugador de baloncesto en la ACB, y de aquella cultura, había importado muchos conceptos, y el más importante, quizás, el que nos ocupa: el coaching.
Sí, su jefe era el «Coach» y cuando se reunían, actuaba como tal, lo estimulaba, motivaba y ayudaba a superarse y lograr sus objetivos profesionales.
Y sí, su jefe, con la gorra de su equipo calada hasta las orejas, era el que le hablaba de metas, de superación y de compromiso. Le hablaba de oportunidades, como en el baloncesto…
Siempre fallarás el 100% de las tiros que no lances. –Michael Jordan-
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Por cierto, Paco, a día de hoy es Director de Desarrollo de Negocio del Parque Científico-Tecnológico de Extremadura.
Autor:
Miguel Garvi (@miguel_garvi)
Enfermero asistencial
Promotor de @fotosdesalud
2 respuestas a “Cómo conocí el coaching.”