Hola Iñaki, tú que eres un experto en los temas de recursos humanos me gustaría que habláramos de los jefes.
A mí como sabes NO ME GUSTA MI JEFE. Y no es que no me guste por quién es o cómo es, sino por lo que hace y cómo lo hace.
Te cuento:
- Mi jefe piensa más en él que en la organización y su gente, ya que “siempre” habla de “yo, yo, yo” y de sus proyectos, en lugar de decir nosotros y fomentar los proyectos de la gente.
- Mi jefe cree que siempre tiene la razón, por lo que recibe muy mal las opiniones diferentes a la suya y diría yo que le da más poder al aplauso que a la sinceridad.
- Mi jefe no toma decisiones valientes, y pasan los días y días sin marcar metas y objetivos, sin definir un proyecto de forma participativa. La inseguridad le “mata”, mejor dicho “nos mata”.
- Mi jefe no busca la colaboración y las alianzas. Se cree, en mi opinión, un poco superman, el mejor y que no necesita a nadie a no ser que sea de su “cuerda”.
- Mi jefe no me gusta porque no utiliza el valor de la justicia, favoreciendo, sin criterios, a unos trabajadores sobre otros, tanto en asignación de recursos y proyectos como en hablar de ellos.
En definitiva, se parece demasiado al capitán del Costa Concordia, ya que lo importante para él/ella es el “lirili” y no el “lerele”, cuando lo que le interesa es hacer saber y no hacer, cuando lo importante no es el hecho sino las palabras, cuando lo que le interesa es la relación y no el contenido, cuando lo único importante es él/ella.
A lo mejor soy demasiado duro, Iñaki. ¿Y a ti qué cosas no te gustan de tus jefes?
Amigo Joan, vemos que tenemos gustos parecidos.
- A mí no me gustan los jefes que miran más su ombligo que los ojos de sus colaboradores.
- No me gustan los jefes que nunca están pero siempre salen en la foto.
- No me gustan los jefes que no saben delegar, que sólo ponen en marcha el ventilador para esparcir la basura de manera que a ellos nunca les salpique.
- Y no me gustan los jefes que, lejos de recompensar y propiciar que sus colaboradores hagan cosas distintas por el bien de la organización, se molestan y castigan a aquellos que tienen iniciativa y la ponen en práctica.
Pero como todo en esta vida tiene su parte positiva y su parte negativa, me gustaría contarte también los jefes que sí me gustan:
- Me gustan los jefes que te ayudan a crecer como profesional y como persona, porque no entiendo que se pueda hacer de otra forma, ambas partes deben crecer a la vez para no terminar siendo como esos jefes que no nos gustan.
- Me gustan los jefes que creen en la igualdad de oportunidades y no miran tu pedigrí a la hora de interactuar contigo.
En definitiva, me gustan los jefes que no van de jefes, los humildes, los sinceros, los que te piden ayuda cuando la necesitan y te lo saben agradecer. Me gustan los jefes las personas que se visten por los pies.
¿Y a ti, Joan, cómo te gustan de los jefes?
- Me gustan como tú, que sean Humildes y también que sean Honestos, que utilicen el Humor y que obtengan crédito gracias a los Hechos (por sus hechos los conoceréis). Esto ayuda a hacer una organización con H-alma.
- Y que además le ponga pasión, interés por la gente, empatía con los problemas del equipo, escucha a las personas y que comunique, transmita, a base de diálogo, de reconocer sus errores, de ser positivo, y de trabajar con los verbos reconocer, reforzar, preguntar (para no dar nada por supuesto ni etiquetar)…
Ha sido un placer charlar contigo, amigo Joan, veamos ahora qué opinan nuestros queridos lectores. ¿Se atreverán a decirnos qué les gusta de sus jefes y qué no les gusta?
Seguro que sí, y siempre desde la crítica positiva, que es la que hace que todos seamos mejores personas y mejores profesionales, claro está.
NOTA: este post ha sido realizado con la inestimable colaboración de Joan Carles March (@joancmarch), Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y autor del blog NO ME GUSTA MI JEFE, entre otras muchas cosas.
Nos encantaría saber tu opinión sobre esta entrada: