
Se me escurre el tiempo entre los dedos sin apenas enterarme.
Siempre pensé que conforme se fuera dejando atrás la juventud, las vivencias perderían alicientes y el tiempo pasaría más despacio. Y resulta que no.
Puede que tenga que ver con la circunstancia personal de cada cual en ese momento determinado. Puede que mi propia circunstancia me haga exprimir cada segundo como si fuera el último. Y por eso tengo la sensación de que esos segundos vuelan. No sé si será bueno o malo, pero es así.
Y entre segundo y segundo me da tiempo a recapitular sobre el tiempo en que vivimos. Muchos dirán que está siendo malo y no les faltarán motivos. Lo que sí sé es que no está siendo el peor, porque para bien o para mal, todo es susceptible de empeorar siempre. En realidad lo único que debería importar es sentirnos vivos, con nuestra gente, con nuestros amigos, con todos aquellos que saben hacernos sentir comprendidos sin tener que dar explicaciones.
A veces es complicado, pero os voy a contar un secreto que tal vez os sea de utilidad:
He descubierto la fórmula para entender la vida. Y disfrutarla.
Quizás porque, a estas alturas, he vivido los suficientes momentos buenos y malos como para sentir que parece que las piezas del puzzle empiezan a encajar. O posiblemente porque, cuantos más años sumo en el carnet de identidad, me voy sintiendo menos ignorante y un poco más lúcida. La cuestión es que creo que empiezo a entender de qué va esto que se llama vivir.
Y posiblemente vosotros también lo hayáis hecho, que yo sé de buena tinta que sois mucho más inteligentes que yo. Pero por si quedaba algún rezagado, aquí os la dejo. La fórmula, la mía, claro está.
Mi fórmula para entender la vida se sustenta en cuatro principios:
1. Ver el lado positivo de las cosas y alejarse del drama y quien lo alimenta.
2. Saber conformarse con lo que se tiene sin dejar de aspirar a mejorar en la medida de lo posible.
3. Querer sin condiciones.
4. No esperar nada de nadie.
Y en eso estamos. Me ha costado 37 años descubrirla. Me quedan, espero, por lo menos otros tantos para perfeccionarla. Ojalá mi regalo os sea de utilidad. Por supuesto espero que si alguno de vosotros conoce una fórmula mejor, más efectiva, más completa, me la haga saber.
Le estaré muy agradecida. Porque aunque me sienta un poquito menos ignorante sigo siendo muuuuuuuy tonta y me queda mucho camino por recorrer.
Hoy será mi primer día, y mañana también. Y el resto de mi vida. (Los Aslándticos)
–
Autora del post:
Rosa Muro Magaña
Twitter: @pink_wall
Periodista.
Nooooo hay que dejar de ser joven nunca.no hay queddejar de ser niño nunca. Es la mejor forma en mi opinión, de sorprenderse cada día con algo nuevo.
Me gustaMe gusta
Muy bueno.
Gracias por ese punto de vista.
Me gustaMe gusta
Vaya, vaya… tres años de blog y tiene que venir Rosita a escribir en él para que tú te dignes a dejarme un comentario, mamón, jajaja… Me alegro mucho de que mis amigos de carne y hueso se acerquen a éste mi mundo virtual, que tan importante es para mí.
Abrazo de gol 😉
Me gustaMe gusta
Tengo que confesar que me abruma ver mis palabras plasmadas en este rincón que tanto lleva andado ya. Gracias por compartir un pedacito del blog conmigo. Gracias por confiar. 🙂
Me gustaMe gusta
Gracias a ti, Rosa, por todo lo que compartimos ahí fuera, y por regalarnos tu fórmula de entender la vida 😉
NOTA: ahora ya sólo queda que te arranques con tu propio blog, éxito seguro!
Me gustaMe gusta
Yo lo estoy valorando. La organización de mi tiempo y esta profesión que me desgasta, minuto a minuto, me lo impide, así como visitar y comentar blogs inteligentes olmo este. Pero bueno, poco a poco.
Me gustaMe gusta
Primero de todo , darte la enhorabuena por el artículo y lo segundo , porque me encanta tu postulado de la vida , es genial y lo comparto al100 %.
Me gustaMe gusta
¡¡¡Eres una auténtica crack!!! Me enorgullezco tanto de estar a tu lado. ¡Enhorabuena!
Me gustaMe gusta
Me ha encantado, ese positivismo, esa actitud.
Hay que ser muy valiente para ir así por la vida, viendo la parte buena cuando el bombardeo de negativismo es constante. Creo que lo eres y, lo mejor, lo transmites.
Yo sólo añadiría un quinto principio:
«Nada, nada vale la pena un enfado, un malhumor. Deja tu enfado para lo que realmente importa. Piénsalo un momento antes de enfadarte, verás que, la mayoría de veces, no importa»
Enhorabuena por el post.
De matrícula.
Me gustaMe gusta
Y quererse , quererse mucho. Y poner conciencia en lo que estamos haciendo ahora, el presente hay que vivirlo cuando lo es, no cuando lo fue o aun no ha sido. Gracias por el estupendo regalo. De corazon.
Me gustaMe gusta