El Blog de Iñaki González

Un tupper, mi reino por un tupper. Eso es lo que hubiera dado yo este finde en Mérida para traerme un poquito de ese puchero que nos hemos metido entre pecho y espalda en Cancho-cuartel a orillas del lago de la Proserpina.

Pero no sólo de puchero vive el hombre, así que también me hubiera traído un tupper lleno del buen rollo que hemos disfrutado durante estos días, gente que ya nos conocíamos y gente que no nos conocíamos de nada, porque es lo que tiene el puchero, que no hace distinciones. Todo el que quiere disfrutar de él, lo disfruta, no hace falta que nadie le invite.

Y así, con ese par de tuppers llenos me iría directamente a la oficina.

El ‘tupper’ arrasa en la oficina:

Muchos esgrimen que es la mejor forma para mantener la línea y la salud. Otros piensan que la mejoría se nota esencialmente en el bolsillo. Pero sea cual sea la excusa, lo cierto es que el ‘tupper’ ha dejado de pertenecer únicamente al imaginario de los obreros para ser ‘patrimonio’ de oficinas, incluso, para los trabajadores más encorbatados.

Por lo que leo en el artículo, las claves para comer de tupper en la oficina son:

1. Mantener las condiciones de conservación y calentamiento de los alimentos.
2. Ser cuidadoso en el transporte y conservación de los alimentos, así como su exposición a diversas temperaturas, especialmente en verano.
3. Utilizar envases homologados, están indicados en su parte posterior con el dibujo de una copa y un tenedor.
4. A la hora de calentar, es mejor calentar los alimentos a una temperatura mayor de lo habitual para eliminar todo rastro de contaminación.
5. Hacerse un ‘planning’ de comidas de la semana», que incluya variedad en la dieta. Lo mejor en estos casos es hacer una previsión de lo que se va a comer y sacar tiempo para hacer la compra, elegir los mejores productos, y cocinarlos«.
6. Debemos huir de la monotonía en las comidas y recordar que se puede transportar de todo, incluido frutas, verduras y legumbres.

Fuente: ElMundo.es