¿Cansado ya de tener que aguantar un mal jefe/jefa a diario? ¿Harto de quejarte a diestro y siniestro sin que la situación mejore lo más mínimo?
¿Y si empezamos a hacer algo en vez de quejarnos tanto?
En este artículo nos dan algunas claves:
Cinco ideas para defenderte de un mal jefe:
No es sólo cuestión de talante. El carácter, la formación, la experiencia y las expectativas laborales del directivo son piezas fundamentales que determinan su comportamiento con los miembros de su equipo.
Estos son algunos de los recursos que ayudan a sobrevivir a un mal jefe:
- Identifícalo. Para unos, lo importante es la manipulación; para otros, el estatus, el control o su propio ego. Cuanto más sepas de él, mejor podrás planificar tu trabajo.
- No compitas con él. Algunos de estos profesionales son altamente peligrosos. Lo más sensato es facilitarles sus objetivos. El comportamiento de tu jefe no tiene nada que ver contigo; él está librando su propia batalla, e interponerse en su camino sería toda una temeridad.
- Disfruta de lo que haces.Concéntrate en tu profesión y tus competencias. Trabaja con rigor y dentro de las reglas que son importantes para quien lidera.
- No te frustres. No hay que perder el ánimo cuando tus esfuerzos pasan inadvertidos. Cuando estés en otros empleos, tú estarás en muy buena forma.
- Blíndate y confía en tus cualidades. Esto es sólo una etapa en tu vida profesional. Afróntalo como una fuente de entrenamiento en la que mejorarás tus habilidades sociales, aumentarás tus conocimientos y tu autoestima se verá reforzada en cada uno de los pequeños éxitos en esta difícil situación. No busques soluciones: no te corresponde a ti.
Fuente: Expansión.com
No consigo estar al 100% de acuerdo con el punto 2 ni con el punto 5. No tenemos que competir con ellos, claro está, pero si en su batalla se nos va a llevar por delante, creo que tenemos muy mucho que decir… antes de que sea tarde. Que entienda que no podemos ser su juguete para conseguir sus objetivos.
Y claro que podemos buscar soluciones; no podemos cruzarnos de brazos cruzados si sus actos pueden ir en contra de la compañía o en contra de nuestros principios como trabajadores. Siempre habrá algo que podamos hacer a la altura de nuestras posibilidades.
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Siempre existe la particularidad de cada caso y la aplicación de la generalidad de esas normas a lo especial de nuestras vidas. Teniendo esto en cuenta, yo sí estoy de acuerdo con ellas. Incluso con el punto 2, y el 5, que yo interpreto como «no luches contra el, mucho menos directamente. Adaptate a las circunstancias, que no a tu jefe, sin perder identidad, sin olvidar tus objetivos y sin perder tu dignidad»
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Por supuesto Sonia, nadie mejor que uno mismo para valorar la situación con la que se encuentra a diario. No quiero que nadie vaya de kamikace, faltaría más.
Muchísimas gracias por pasarte por aquí.
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