Cuando éramos estudiantes lo decíamos mucho: es que este me ha suspendido porque me tiene manía. Ahora lo vemos también en nuestros hijos (los míos todavía son peques) y en los sobrinos: es que éste me ha suspendido porque me tiene manía.
Y damos el salto a la empresa y seguimos alimentando los mismos vicios: es que mi jefe me tiene manía.
¿Qué debo hacer si mi jefe me tiene manía?
Todas estas reacciones son emocionales y pueden deberse a motivos que, quizá, ni siquiera tengan que ver con el trabajo. Montse Ventosa, fundadora de Truthmark, advierte que «estas sensaciones tienen un peligro porque pueden ser equivocadas, ya que no están comprobadas por la otra parte». Lo que interpretamos como manía puede ser otro asunto de carácter personal.
¿Y si no es que te tenga manía? ¿Y si es la excusa que te pones para justificar tus errores?
Intenta cambiar tus hábitos, esfuérzate por ser mejor profesional de lo que ya eres, gana su confianza con las acciones del día a día… y si aún así la cosa no funciona, entonces sí, tu jefe te tiene manía… o envidia, mucha envidia, que también puede ser, jajaja…
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