Ocho de la mañana, llegas al trabajo con una sonrisa de oreja a oreja, pensando en esas cositas que tienes pendientes de realizar, en esas reuniones que te has preparado tan bien para salir por la puerta grande, en esa pausa café con los compañeros/compañeras en las que repasarás la última de Alonso, de Nadal o del equipo de fútbol de turno…
Pero cuidado!
Todo eso puede venirse al traste en función de si coges el pasillo de la izquierda o de la derecha, de si subes en ascensor o por las escaleras, en definitiva, de con quién te encuentres cuando llegas al trabajo.
En este artículo Ocho colegas tóxicos con los que no querrás trabajar nos describen algunos de los especímenes más molestos con los que podemos encontrarnos en nuestro lugar de trabajo:
El criticón: Le encanta comentar los defectos de los demás y sacarlos a relucir. Necesita desprestigiar para camuflar su falta de seguridad. Para minimizar su efecto no te pongas a la defensiva, ni entres en su juego.
El negativo: Sólo ve problemas a su alrededor. Para controlarle déjale hablar y escucha sus objeciones para que se desfogue. Después trata de que te demuestre lo que dice con pruebas empíricas.
El manipulador: Este personaje es altamente peligroso. Utiliza medias verdades para su propio beneficio. Para él las personas son sólo un medio para conseguir sus objetivos. Si es necesario crea malentendidos y no tiene ningún respeto por la verdad.
El ‘hoja de cálculo’: El maniático de manual que incordia a todo el mundo con su exagerado sentido de las reglas, a la vez que chupa hasta la última gota de energía y diversión a cualquier iniciativa.
El ‘oveja’: El oveja es el más exasperante e irreductible. Es el defensor de las ideas comunes. No es que sea incapaz de pensar por sí mismo, sencillamente es que no lo hace porque no quiere. Su manejo es difícil. Tendrás más oportunidades si tratas con él de forma individual. Además, si ganas a una oveja para tu causa, puede que te dé una alegría y atraiga a muchas más.
Sí, ya sé que sólo hay cinco, te invito a descubrir los ocho al completo en el artículo original.
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El Blog de Iñaki González 