Cómo evitar que se nos vayan los buenos.

¿Te cuesta retener el talento en tu empresa y no sabes por qué? ¿Estás cansado de darlo todo por tu empresa y no encuentras ninguna razón para seguir luchando por tu puesto de trabajo?

Ya seas empresa o empleado, muchos son los motivos por lo que el talento está saliendo a marchas forzadas de las organizaciones. Hoy recogemos los cinco puntos más destacados en esta sencilla infografía:

fuga de talentos

Analizadas las mismas, y quitando la última, en el que caso de que se hunda la empresa y ya no puedas hacer nada por evitarlo, el resto sí está en tu mano que no suceda. Los cuatro primeros puntos tienen que ver directamente con la gestión de las personas, tan sencillo y a la vez tan complicado.

A destacar que la que mayor porcentaje de respuestas recibió fue la falta de reconocimiento.

¿Tan difícil es dar una palmadita en la espalda? Porque no estamos hablando de dinero, aunque nadie trabaja por amor al arte, hay otra serie de pequeños detalles que sumados en el día a día hagan que esos empleados que dan por encima de la media, reciban algo más que un «gracias» a regañadientes.

Y parafraseando al gran Bunbury – cuando haya un cambio habrá una celebración:

Fuente: esta infografía está disponible en el tablero colaborativo «Infografías de #RRHH» que tenemos con Mónica Moro en  Pinterest.

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8 respuestas a “Cómo evitar que se nos vayan los buenos.

  1. Quizá lo que peor se lleve sea la falta de reconocimiento laboral o, peor aún, esa doble actitud de no aplaudir cuando se hace algo bien y amplificar cualquier fallo por nimio que sea.

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  2. Totalmente de acuerdo. Ademas, si a cada uno de esos pasos le añadimos la falta de informacion y secretismos de pasillo, a sensacion aumenta por momentos…

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  3. Por complicado que sea de entender… sí, es muy difícil dar una palmadita en la espalda. O como mínimo es lo que he visto yo en todas las empresas donde he trabajado, y es que no me extraña que este sea el motivo que mayor porcentaje se lleva. Ver una muestra de agradecimiento o felicitación es algo muchos menos habitual de lo que la salud empresarial y la gestión y retención del talento necesitaría.

    Una verdadera lástima… esperemos que los que ahora no reciben una palmadita, cuando sean jefes o tengan un equipo a su cargo recuerden lo que les dolía no recibirla nunca y empiecen a darlas a las próximas generaciones.

    Muchas gracias por el artículo y la infografía, muy interesante y didáctico Iñaki 🙂
    Diana.

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    1. Cierto es, muchas gracias Diana.

      Lo importante es que cuando nos toque a nosotros ser los que tengamos que dar la palmada, y no hace falta llegar a ser jefe para ello, nos acordemos de ello. Con los compañeros, con los colaboradores, con cualquier persona que se cruce en nuestro camino, dependa de nosotros o no, no podemos dejar que se vaya sin su palmada en la espalda si se lo ha merecido.

      Un saludo.

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