Vamos a profundizar un poquito más en lo comentado en la entrada anterior aprovechando que estamos todavía en esos primeros días en los que la mayoría de nosotros nos hemos tenido que incorporar de nuevo a las rutinas de siempre.
Si en esa entrada podíamos hacernos una idea de si más o menos estábamos dónde queremos estar, ahora vamos a ahondar en «la herida» pero a modo de cuestionario.
Seis sencillas preguntas de sí o no, a contestar lo más sinceramente posible con nosotros mismos, nadie más va a saber vuestras respuestas. Porque sólo siendo sinceros con nosotros mismos, podremos serlo también con los demás.
HECHO… sí, soy feliz en mi curro, pero reconozco que si pudiera hacer enfermería asistencial con el mismo horario de ahora, LOS MISMOS COMPAÑEROS y el mismo sueldo y tal… me cambiaría. Me gustan muchas cosas en mi profesión, muchas y no me importaría cambiar.
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Muchísimas graciaaaaaaaaaas Lola!
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Dar el salto para cambiar cuando no te gusta tu trabajo es muy arriesgado en los tiempos de crisis que corren. Conozco gente a quien no le gusta su trabajo por éste en sí mismo, porque no le motiva, así como gente a la que no le gusta por los compañeros que tiene. Creo que en el segundo caso el cambio, de producirse, es más fácil que el primero, al tener un trabajo que gusta.
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Muchas gracias Sophie una vez más por tus comentarios. Como dices, no son tiempos de jugarnos el empleo a la ligera, pero siempre hay situaciones que pueden ser la gota que colma el vaso y no queda otra que abandonar el barco y buscar nuevos caminos (por díficiles que parezcan).
Un saludo.
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