Esta semana, los links que más han llamado la atención de los muchos que he compartido en mi perfil de LinkedIn nos cuentan como la generación Z se guarda un as en la manga para hacerse un hueco en el mercado laboral; nos preguntan si nosotros también nos sentimos ya «el viejo» de la oficina; y nos muestran como conectar emociones con resultados a través de la experiencia del empleado.

Con todos estos ingredientes, y con alguno más, arrancamos mi particular resumen semanal de la blogosfera de RRHH, Gestión de Personas y Transformación Digital:

Link #1.- El 26% de los Gen Z va con sus padres a las entrevistas de trabajo. El 8% de esos padres intervienen en ellas:

La incorporación de la Generación Z al mercado laboral está haciendo correr ríos de tinta, del mismo modo que en su día lo hizo la incorporación de los millennials. Los nuevos valores y tendencias de esta generación están haciendo que las empresas deban afrontar determinados cambios para retener el talento de esta nueva generación. Uno de estos rasgos distintivos está siendo la excesiva dependencia emocional y funcional de los padres que se ha apreciado en los jóvenes genzers a la hora de buscar un empleo.

La Generación Z son el futuro. Cada generación ha afrontado un cierto proceso de encaje sistémico, en el que los jóvenes que se incorporan al mercado laboral descubren qué se espera de ellos. Por su parte, las empresas que van a contratarlos adaptan sus políticas para amoldarse a los valores de la nueva generación. Ese proceso pasó con la generación X (finales de los 60 y 70), con los millennials (80 y primeros 90) y ahora, con la generación Z (finales de los 90 y 2000).

Link #2.- ¿Tú también te sientes ya “el viejo” de la oficina?

A punto de cumplir ya diez años juntos, que suman a los cuarenta y pico con los que empezamos esta andadura, nos toca darnos de bruces con una realidad que, pudiera ser, algunos hemos estado ignorando año tras año: Hemos dejado de ser los más jóvenes de cuantos pululan por la máquina del café. Y debe notarse porque, por pura casualidad, tanto Roberto como yo dedicamos estos días nuestras reflexiones al tema de la edad.

Querid@s, nos estamos haciendo mayores. Y eso es bueno. Y también, no tanto. Pero, como lo que seguro no tiene es remedio, dejadme que hoy yo también os proponga una reflexión sobre qué significa y qué implica eso de cumplir años al pie del cañón.

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Link #3.- Experiencia de empleado: conectando emociones con resultados:

En 1992, James Carville (estratega de la campaña que llevó a Bill Clinton a la presidencia de Estados Unidos) popularizó la frase “es la economía, estúpido”. Hoy el factor de competitividad clave en las organizaciones es el talento, así que podríamos decir “es el talento, estúpido”.

Hemos virado del capitalismo salvaje al humanismo sostenible. Un humanismo sostenible que busca el bienestar de todas las personas: empleados, clientes, sociedad… Nuestros grupos de interés de hoy y el impacto en las generaciones futuras. Y el cambio empieza por dentro… Sólo conseguiremos una experiencia cliente satisfactoria si empezamos por cuidar la experiencia de nuestro talento. 

Necesitamos un relato atractivo pero que huya de mensajes grandilocuentes, unidireccionales y demasiado corporativos. Apostemos, por el contrario, por lo realista, por lo humano, por la cercanía y las conversaciones transparentes y bidireccionales.

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